El trabajo de un portón fue el argumento que permitió la cercanía inexorable del presunto abusador a la intimidad de una niña de tan solo 15 años.

El hecho fue conocido por este medio a partir del testimonio familiar.

Es difícil llegar al domicilio, el camino no está bueno, un cráter en la calle tal vez lleno de excremento separa la casa de la “niña”(15) del presunto abusador (19).

“ Es de siesta, por la cabeza resuena el cuento de la mansa e inocente cabrita que guardada está a la espera de su mamá, sin embargo algo ocurre…” La madre de la niña salió al trabajo, es difícil sostener uno solo el hogar de unos cuantos. En la casa se están viendo resultados, el armado de un portón con maderas de palets y clavos oxidados constituyen parte del progreso.

El joven carpintero resuelve ir esa ¨maldita siesta¨, la niña está sola en diminuta casa de delgadas paredes, ¨un precario alargue y la pregunta donde enchufarlo conforma el principio de un empujón que terminaría en un catre¨, gritos, llantos y el escape a tiempo lleva a la niña a pedir ayuda. A tiempo una vecina logra contenerla. El resto, la denuncia y un rápido accionar policial que logra secuestrar prendas.

El testimonio de la niña fue clave, al término de la semana pasada fue monitoreada y los resultados los tendría el Juez esta semana en su despacho. Al parecer el sujeto tendría antecedentes no similares que lo complicarían.

¨Mi hija no está bien, buscamos que la vida continúe lo más normal que se pueda pero…¨ Lentamente los pasos que llegaron al lugar se alejan… la mujer se despide. Al costado del tapial se observa el portón abierto a medio terminar…