Taty conforma el nombre artístico en tiras de comics de «El Señor Inmundi» publicadas hace tiempo en un diario local, también es un apodo de barrio y la síntesis menos maliciosa de «tartamudez», un inconveniente que Jorge, desde niño comenzó a superar en un contexto de duro señalamiento social.
Jorge Pastrán, docente de artes visuales e investigador fue galardonado a nivel nacional por una investigación que promete instancia internacional y que pone en foco por primera vez la preparación, el tiempo, la creatividad y la ética del » adulto» en el logro de la «atención del niño» para lograr aprendizajes significativos.
Aunque parece que todo recayera sobre el docente, Pastrán sostiene que la familia es parte de ese aprendizaje significativo » aconsejo que los padres ganen tiempo en jugar con el niño, alejarse más de lo tecnológico para recrear experiencias inolvidables»
La experiencia de campo dirigida por Pastrán abordó distintos contextos y el resultado fue sorprendente » los niños atendieron por más de 50 minutos» superando el tiempo de atención sugerido por distintas miradas teóricas a nivel pedagógico. La estrategia se fundó en dispositivos sensoriales preparados por el docente para que el niño explore y construya desde una captación sensorial plena. En medio de cambios profundos en la enseñanza aprendizaje y de fuertes debates en torno al presupuesto, sistema poco flexible y docentes que corren todo el día; los resultados de la investigación de Taty pusieron en evidencia el rol del adulto » muy lejano en la producción de significados y sentidos».
En medio de un contexto de globalización, de intensa velocidad informativa, de acceso a nuevas tecnologías de la información y la comunicación, de discursos fragmentados e interdiscursividad manifiesta, de ruidos, caos y saturación, donde los humanos del sistema de enseñanza dejan de serlo para configurar un número, el docente subraya la idea de volver «a ganar tiempo en el juego con nuestros hijos, ensuciarse con barro, gastar pantalones a la altura de la rodilla, pisar hojas, treparse a un árbol, romper estructuras, alejarse de lo tecnológico que limita y enfría las relaciones humanas.
Le recomiendo ingrese al Café, para escuchar a Jorge.
Por Periodista Gustavo Rey