SEMBLANZA
La primera celebración litúrgica que recuerda la «entrada triunfal de Jesús en Jerusalen» la llevó a cabo, por estas tierras, el presbítero Miguel Algañaraz en la localidad «El Abanico».
Es la hora 19:00 del día Sábado, al pie de los cerros pocitanos se respira fresco, en calle 14 y Vidart catequistas, niños y adultos convergen con sus ramos de olivos para su bendición, las escalinatas de la escuela Tierra del Fuego son el punto de partida de los peregrinos rumbos a la capilla. En la penumbra marcada por los últimos haces de luz y la soberana luna se observa la fe que en simples y sencillas expresiones dicen mucho.
Luego de las gotas de aguas que cayeron en los ramos, la paz parece llegar al trabajo, las casas, hogares y personas. La fe como construcción colectiva es lo que invade la oración en canto, las cuerdas de una guitarra y las voces poco similares logran un coro muy particular de tonos, ritmos y bondades, desde el interior la comunidad religiosa de El Abanico comienza a vivir una semana intensa no solo por el andar litúrgico y sus fuertes signos, sino por el signo mismo del humano en búsqueda de la vida a partir de la muerte.»La vida», hecha promesa, el pueblo comienza a dar sus primeros pasos…