El Papa Francisco lavó hoy los pies de doce presos en la cárcel romana de Regina Coeli, en el tradicional rito de Jueves Santo, que rememora la Última Cena.
Durante su visita a la cárcel, Francisco lavó los pies de 12 hombres de siete países distintos, entre ellos cinco europeos, dos asiáticos, tres africanos y un sudamericano, de nacionalidad colombiana. Solo ocho de los reclusos que se encontraron con el pontífice eran católicos. Hubo también dos musulmanes, un ortodoxo y un budista.
El Papa expresó: «Entre ustedes no deben hacerse servir por esclavos. El que manda debe servir, el capo de ustedes debe ser su servidor, el que manda para ser un buen jefe esté donde esté debe servir»
«Pensemos en la historia, si tantos reyes, emperadores, jefes de Estado hubieran entendido esta enseñanza de Jesús y en vez de ser crueles y matar gente hubieran hecho esto, cuántas guerras no se hubieran hecho».