Con el ocaso, ayer culminó el largo vía crucis de la familia Luna. Un gran acompañamiento despidió los restos de la pequeña «Rulito»(4), fallecida a causa de una herida de bala en la cabeza, luego de una discusión en barrio Medalla Milagrosa.
Niños que jugaban, de pronto caían ante las miradas estupefactas. Con el paso de las horas la congoja fue generalizada y en el barrio y fuera de él todo los temas llevaban a lo mismo y a la misma interrogante «¿Por qué?
El hecho policial sucedido durante la siesta del Jueves dejó a dos niños heridos, uno de ellos fue dado de alta a pocas horas, Rulito fue sepultada ayer.
El uniformado es padre y confesó «Se desató» ¿Quién? Mandinga, al tiempo que otro presente cerraba «Ave María Purísima» El anclaje popular del hecho a los sucesos de Semana Santa fueron directos. La familia Luna atravesó horas de desesperante angustia, frente a las noticias de lenta agonía. Todos los últimos atardeceres aniquilaron lentamente las esperanzas en el Hospital y a la distancia, furias enceguecidas dispararon acciones directas sin interpelar Justicia.
Por estas horas algunas familias buscan alquiler en otros lugares y ya hubo mudanza. «Estos días fueron un calvario» dijeron, quizá la definición exacta que no escapa a cualquier reflexión. Mientras que las causas generadas marchan en el juzgado del Dr Ortiz, la vida continúa en el Milagrosa con hastío, con pesadez , con miradas sin sentido, la tristeza converge en un fuerte silencio.