Acorralado por la hiperinflación que atraviesa Venezuela, el presidente Nicolás Maduro aumentó un 95,4% el sueldo mínimo. Se trata del tercer reajuste del año, que deja el ingreso básico en 2.555.500 bolívares, equivalentes a 37 dólares. Esta suma tiene incluido un bono de alimentación, que representa más de la mitad de la cifra, y no genera prestaciones sociales.
El líder del régimen chavista anunció que, por el Día del Trabajador, además le entregará a los empleados públicos un extra de 1.500.000 bolívares, que son apenas 21 dólares.
A pesar del elevado porcentaje, el sueldo alcanza solo para comprar dos kilos de pollo, en medio de una hiperinflación que podría superar un 13.800 %, según indicó el Fondo Monetario Internacional.
«En tiempos de revolución, como nunca antes en la historia, la política que el comandante Hugo Chávez impulsó desde siempre y yo he perfeccionado es cuidar a la clase obrera«, expresó el mandatario a menos de un mes de las próximas elecciones anticipadas.
Para los especialistas, este tipo de ajustes salariales no significan una verdadera solución, sino que impulsan el costo de vida y no van acompañados de un «plan antiinflacionario» y de «disciplina fiscal y monetaria».
El candidato opositor a las presidenciales, Henri Falcón, criticó el aumento y aseguró que «no tiene ninguna proporción con los niveles de hiperinflación». «Este es el único país donde los habitantes se entristecen con aumento, porque en cuestión de segundos se pulveriza», escribió en su cuenta de Twitter. El político reiteró su propuesta para que el sueldo mínimo alcance los 75 dólares.
Según el Gobierno, unos 13 millones de trabajadores reciben este salario, llamado «cesta ticket», sobre una población económicamente activa de 19,5 millones de personas.
Venezuela enfrenta una severa escasez de alimentos y medicinas, debido en gran parte a un drástico recorte de las importaciones por la reducción de la renta petrolera