Tras 16 horas de actividad, el volcán de Fuego en Guatemala terminó su más violenta erupción en años, que dejó al menos 60 muertos. Las comunidades rurales que rodean el cráter quedaron tapadas por un manto de ceniza y las casas carbonizadas. Las autoridades señalaron que hay decenas de desaparecidos y la cifra de víctimas podría aumentar en las próximas horas.
Toda Guatemala fue declarada en alerta naranja o de prevención, mientras que las ciudades de Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, cercanas al volcán de Fuego, a 50 kilómetros al oeste de la capital guatemalteca, están en alerta roja.
Al menos 3 mil personas fueron evacuadas. Mientras tanto, un equipo de rescate trabaja por evaluar los daños causados por la erupción del volcán.
El presidente Jimmy Morales, declaró tres días de duelo nacional y decretó el estado de emergencia en las tres ciudades afectadas, además de la suspensión de las clases. Las cenizas alcanzaron los 10 mil metros de altura sobre el nivel del mar y obligaron a las autoridades a cerrar el aeropuerto internacional La Aurora.
Por su parte, el secretario de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), Sergio García, explicó que los heridos en su mayoría tienen quemaduras de tercer grado y que entre ellos hay 12 nenes, cuatro de los cuales debieron ser trasladados al Hospital, de la capital, por la gravedad de sus lesiones.
En este marco, García informó que la aldea El Rodeo, en el departamento sureño de Escuintla, prácticamente quedó atrapada por la avalancha que descendió del cono volcánico y que el panorama es «bastante delicado» porque la lava no deja entrar a los rescatistas.
El Volcán de Fuego, uno de los más activos de Centroamérica, alcanza una altitud de 3.763 metros sobre el nivel del mar en su punto más alto. Según los expertos, la explosión del domingo pasado fue la más violenta en 40 años.