Solo un minuto después de que José Aldemar Rojas Rodríguez aceleró la camioneta plateada que conducía, para evadir el control en la entrada principal de la Escuela de Policía General Santander, ocurrió la explosión del vehículo, que estremeció el interior de la sede policial en la mañana de este jueves.
El saldo mortal del estallido, que al mediodía era de 9 fallecidos, subió en la noche a 21. Entre ellos están cuatro promesas del deporte y una policía de Ecuador. De los 68 heridos, 10 permanecían en observación, según el último reporte de la Policía Nacional.
Aceleró su vehículo cuando un agente intentó tomar los datos para su ingreso y mientras uno de los perros entrenados dio señales de la presencia de explosivos en la camioneta.
Al percatarse de esto, Rojas Rodríguez, de acuerdo con testimonios de policías que estaban en la guardia, avanzó rápido unos 20 metros en línea recta y viró luego hacia la izquierda. Fue en ese momento que el carro bomba que conducía, un Nissan modelo 93, explotó. Eran casi las 9:30.
La última residencia registrada de Rojas Rodríguez, nacido en Puerto Boyacá, Boyacá, fue Cubará, también población boyacense.
Sin embargo, la Fiscalía estableció que las dos más recientes revisiones tecnomecánicas del carro que usó como bomba, y del cual aparecía como propietario, fueron hechas en Arauca.