El avance de los contagios de COVID-19 en el mundo crea un caldo de cultivo para que se produzcan nuevas mutaciones del virus SARS-CoV-2, han advertido los científicos. También han coincidido en que la vacunación masiva es la mejor defensa para contener los contagios cualquiera sea la cepa. Pero un nuevo estudio publicado hoy en Scientific Report en base a proyecciones matemáticas advirtió sobre la necesidad de complementar las vacunas con otras acciones preventivas, ya que, al producirse una relajación en las medidas “no farmacéuticas”, como el uso de tapaboca y el distanciamiento social, en momentos en que una gran cantidad de personas ya han sido vacunadas “la probabilidad de aparición de una cepa resistente aumentó considerablemente”, aseguró.
“Como se esperaba, encontramos que una tasa rápida de vacunación disminuye la probabilidad de aparición de una cepa resistente. Contrariamente a la intuición, cuando se produjo una relajación de las intervenciones no farmacéuticas en un momento en que la mayoría de las personas de la población ya habían sido vacunadas, la probabilidad de aparición de una cepa resistente aumentó considerablemente”, dijeron los autores del estudio firmado, entre otros por Simón A. Rella, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Austria, junto a Emmanouil T. Dermitzakis, del Departamento de Medicina Genética y Desarrollo, Facultad de Medicina de la Universidad de Ginebra, Suiza.
“Nuestros resultados sugieren que los formuladores de políticas y las personas deberían considerar mantener intervenciones no farmacéuticas y comportamientos de reducción de la transmisión durante todo el período de vacunación. cuando se produjo una relajación de las intervenciones no farmacéuticas en un momento en que la mayoría de los individuos de la población ya habían sido vacunados, la probabilidad de aparición de una cepa resistente aumentó considerablemente”, insistieron los autores del estudio de proyección.
El nuevo consejo de “enmascaramiento” del CDC se basó en parte en datos que muestran que el virus puede prosperar en las vías respiratorias de las personas vacunadas. La recomendación se basó en gran medida en un hallazgo problemático, según la doctora Rochelle Walensky, directora de los CDC. “Una nueva investigación mostró que las personas vacunadas infectadas con la variante Delta portan enormes cantidades del virus en la nariz y la garganta”, expresó Walensky.
Un documento interno de ese organismo que se conoció hoy indica que la variante Delta es más transmisible que los virus que causan MERS, SARS, Ébola, el resfriado común, la gripe estacional y la viruela.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) caracteriza a las más graves como “variantes preocupantes” y dispuso llamarlas con las letras griegas. Así, las que reciben la categorización citada son la Alpha, Beta, Gamma y Delta. Los cuatro surgieron en la segunda mitad de 2020, aunque tomó algún tiempo para que las variantes más transmisibles se extendieran más ampliamente. La siguiente categoría de “variantes de interés”, sospechosas de ser más transmisibles o resistentes a las vacunas, incluye Eta, Iota, Kappa y Lambda.
Los científicos ya han advertido que es inevitable una mayor evolución del virus debido a la forma en que el código genético puede ser alterado por errores en el mecanismo de copia durante la replicación. La mutaciones pueden ser neutrales, pero ocasionalmente aumenta la “aptitud” del virus, lo que le permite infectar células humanas con mayor facilidad, lo que sería, por ejemplo el caso de Delta, la variante que está dominando en el mundo y que, según los expertos, es inevitable que comience a circular en Argentina, se habían detectado hasta ayer 46 casos. Este número se alteró a raíz del viajero procedente de Lima, Perú, que contagió de coronavirus a 13 miembros de su familia en la provincia de Córdoba, de los cuales a 12 se les detectó la variante Delta, las autoridades sanitarias ya aislaron a unas 160 personas por considerarlas contactos estrechos de los casos confirmados.
En función del fuerte avance que tiene la enfermedad en el mundo, los científicos advierten que se ha ingresado en una nueva fase peligrosa de la pandemia, ya que la tercera ola del coronavirus crea un caldo de cultivo fértil para nuevas variantes más infecciosas y potencialmente resistentes a las vacunas.
Aún no está claro cuánto más puede evolucionar el SARS-CoV-2 a medida que se adapta a una población huésped que está cada vez más inmunizada a través de la infección y la vacunación.
La mayoría de los virus que persisten en las poblaciones humanas finalmente se han vuelto menos virulentos durante un período de décadas o siglos; se cree que algunos coronavirus que ahora causan síntomas leves similares a los del resfriado comenzaron causando enfermedades más graves, pero los científicos advierten que este no es un proceso inevitable.
“Cuanto más circule el virus, más cambiará”, advirtió Kerkhove de la OMS. “Delta no será la última variante de preocupación de la que nos escuche hablar”, dijo./INFOBAE