«En Colombia al pobre siempre le quitan, siempre le han robado»: la angustia de una familia que resume parte de los motivos de las protestas.
Edilma Henao y Fidel Martínez, los padres de una familia colombiana, lamentan no haber podido salir de la pobreza tras décadas de trabajo y esfuerzo.
Su apartamento, en el pobre e inmenso municipio de Soacha, al sur de Bogotá, tiene cuatro espacios en una casa de paredes descascaradas: un patio de ropas descubierto, una cocina, un cuarto con dos camas dobles y una sala con tres sillones, un tocador de maquillaje, un televisor y un equipo de sonido.
En 1989, Edilma y Fidel salieron del campo, donde trabajaron desde niños como recolectores de café, hacia Bogotá. Buscaban una vida menos informal, que no los obligara a desplazarse todo el tiempo y les permitiera un futuro estable.
Hoy viven con sus hijos, Sandra y Juan Diego, bajo la angustia de tener que racionar la comida antes de cada quincena y ante la emergencia de un movimiento de protesta que pide un país menos hostil para gente como ellos.
Todos en esta casa apoyan las protestas antigubernamentales que sacudieron a Colombia desde el 28 de abril y prometen reanudarse este 20 de julio, fecha que celebra la independencia del país.
Pero no solo marchan colombianos pobres como los Martínez-Henao, sino una multiplicidad de sectores que se unificaron en el grito de protesta más importante de la historia reciente del país.
De 61 años y próximo a pensionarse, Martínez mira al pasado y, mientras saborea una bebida de malta, asegura que pudo haber sido «más inteligente» en los cortos momentos que acumuló dinero para invertirlo.
«Pero es que es muy difícil», añade, «porque uno no sabe pensar y no hay nadie que le ayude a uno, ¿no ve que acá han hecho siempre lo que les da la gana con el pobre?»./BBC MUNDO