Con un 7% de inflación y un avance interanual de los precios que rozó el 80% en agosto, el cierre de 2022 en torno al 100% está prácticamente asegurado. La cifra entre septiembre y diciembre debería ser menor de 6% mensual para evitar los tres dígitos, pero con el nivel actual de inercia este escenario se proyecta poco probable.
Las consultoras aseguran que para que la inflación baje drásticamente el Gobierno debería avanzar con un plan de estabilización, o política de shock, como se le suele llamar. Y nadie imagina ese escenario en 2023, cuando el oficialismo se juega la continuidad ya en un contexto económico adverso. Hay economistas que creen que justamente por el calendario electoral los precios subirán incluso más que este año, mientras que otros sostienen que podría ser algo menor si Massa logra sostener el ajuste que comenzó a aplicar desde que llegó al Palacio de Hacienda y el Banco Central logra recomponer reservas.
“Nos estamos manejando con 80% para 2023, pero estamos esperando a ver qué pasa con el Presupuesto. Creo que no va a ser más porque no es el escenario que le conviene a Massa. Si bien se entiende el gasto electoral, también está claro que el contrato con el FMI es muy claro. El apoyo de los Estados Unidos es muy contundente, pero a cambio le van a pedir cumplir con el 1,9% de déficit para 2023, por lo que va a continuar el ajuste”, consideró el titular de Analytica, Ricardo Delgado./INFOBAE/DR