La residencia tiene una duración de Tres años, en modalidad Básica, accediendo con el título universitario y su propósito es formar farmacéuticos hospitalarios altamente capacitados, capaces de resolver problemáticas asociadas a la selección, adquisición, distribución e información respecto de los medicamentos y dispositivos biomédicos, siendo capaces de promover la asistencia farmacoterapéutica correcta de los pacientes, entre otros objetivos.

Al finalizar la residencia el profesional farmacéutico estará capacitado como experto clínico, como profesional, como comunicador en su área de desempeño, como gestor / administrador, como aprendiz autónomo y como colaborador del equipo de salud./SSJ/DR